Avellanas Chilenas

Denominado originalmente Gevuina ("Hermosa flor") por los indios mapuches del Sur de Chile, los primeros colonizadores españoles la llamaron avellana, al confundirla por su parecido a la avellana europea, pero su sabor es muy diferente. Su aceite se obtiene de avellanas silvestres (Gevuina Avellana Mol) que crecen en el sur de Chile y lugares adyacentes en Argentina, obtenido por prensado y filtrado en frio, sin solventes ni procesos químicos.


La avellana chilena silvestre es comestible, posee grandes propiedades medicinales y es consumida desde tiempos inmemorables por los indígenas mapuches del Sur de Chile, quienes le descubrieron múltiples aplicaciones nutricionales, estéticas y medicinales. La avellana chilena es muy nutritiva, rica en fósforos orgánicos y vitamina B1, contiene un alto porcentaje de grasas, azucares, albumina, celulosa, calcio y hierro.

Destaca la cantidad de fibras, vitaminas y minerales, que privilegian a la avellana chilena como fruta de gran valor nutritivo. Sin embargo, su aceite es lo que más llama la atención a científicos de la industria farmacológica y cosmetológica.

El contenido calórico de los frutos secos de la Gevuina Avellana Mol oscila entre 530 y 660 cal/100g por fruto. Las proteínas varían entre 10 hasta 25%, los azúcares entre 5 a 20% y los lípidos entre 50 a 60%. En cuanto a la composición lipidia, son pobres en ácidos grasos saturados (5 a 8%), pero ricos en ácidos grasos insaturados diferenciándose en dos grupos: aquellos que poseen altos contenidos de monoinsaturados (en particular el ácido oleico), y los que ostentan elevadas cantidades de poliinsaturados (en especial ácido linoleico) (SOLÀ y MASANA, 2002).

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